Día de muertos en México, su origen y significado

El Día de Muertos es una celebración en México que conmemora a las personas que han fallecido, y tiene su origen en el culto a los difuntos en el México prehispánico. 

En este artículo, analizaremos el origen, la historia y el significado de esta festividad especial.

¿Qué es el Día de Muertos?

El Día de Muertos es una festividad que celebra las almas de los difuntos. 

Durante el periodo prehispánico, existían dos fiestas de muertos, Miccailhuitontli «Fiesta de los muertos pequeños» también llamada Tlaxochimaco, «se reparten las flores», y el mes siguiente durante el otoño, Hueymiccailhuitl, la «fiesta de los muertos grandes» también llamada por los mexicas Xocotl Huetú «cae el fruto» en los que se llevaban a cabo la fiesta al dios del fuego y se ofrecían flores y alimentos.

Durante las festividades prehispánicas se hacían rami­lletes y guirnaldas de flores que se sembraban en las casas y los templos, se realizaban cantos y ofrendas de comida.  

A partir de la colonia, los Días de Muertos se integraron al calendario litúrgico católico,  celebrándose cada año el 1 y 2 de noviembre, días de las fiestas católicas de los Fieles Difuntos y de Todos los Santos respectivamente.

Las tradiciones del Día de Muertos

La festividad comienza con una misa llamada corona de muertos (coronación de los muertos) y es un homenaje a los seres queridos que han fallecido, por lo que es un día en que se visitan sus tumbas para ofrecer flores y velas y se colocan en los hogares altares con alimentos, flores y papeles de colores elaborados en su honor. Durante la celebración las personas dejan comida y agua para los difuntos con la esperanza de que reciban sustento en su viaje de regreso al mundo de los muertos.

En algunos lugares se cree que en este día los muertos pueden volver a visitar a sus familiares y amigos y también se decoran las casas con figuras de esqueletos y calaveras.

La historia del Día de Muertos

El Día de Muertos es una tradición milenaria que tiene sus raíces en la cultura prehispánica.

Además de un ritual fúnebre que tenía como objetivo la separación del fallecido de la comunidad de los vivos, durante los cuatro meses y los cuatro años que seguían a un fallecimiento se llevaban a cabo distintas ceremonias que tenían como objetivo encaminar la energía del difunto al espacio-tiempo que le correspondía. Esto dependía de la manera en que había fallecido la persona. Los que morían de muerte natural o de enfermedades que no tenían un carácter sagrado iban al Mictlan o reino de Mictlantecuhtli, «el señor de la muerte». 

Quienes se habían ahogado, habían sido fulminados por un rayo o habían muerto de alguna enfermedad de la piel, iban al Tlalocan, un tipo de paraíso en donde de acuerdo a Sahagún siempre es verano y “nunca jamás faltan las mazorcas de maíz verdes, y calabazas y ramitas de bledos, y ají verde y jitomates, y frijoles verdes en vaina, y flores” (Sahagún, 1, p. 222). 

Quienes morían en la batalla iban al Tonatiuh ichan, la casa del sol, a donde también iban las mujeres que morían en el parto, pues eran consideradas guerreras que habían muerto en comba­te. “Los que así morían después de cuatro años, se volvían hermosas aves, colibries, pájaros sagrados, amarillos con plumas negras, mariposas blancas, mariposas -plumas, mariposas jícara” (Códice Florentino, libro 111, cap. 3).

Finalmente estaba el Cincalco, a donde iban los amados de los dioses y los niños pequeños, en donde hay árboles, flores y frutos, y pequeñas aves de diversos colores.

¿Qué significa el Día de Muertos?

En la época prehispánica, los seres que habían partido al más allá tenían gran importancia en los rituales de siembra, cosecha y la guerra, por lo que recibían múltiples rituales mortuorios y eran objeto de culto y veneración. 

Durante el periodo prehispánico, las festividades de muertos se realizaban al final del periodo del ascenso solar, como un símbolo de la muerte regeneradora.

En la actualidad, el Día de Muertos es un festival que celebra la vida de los seres queridos que ya no están en este plano de realidad pero que continúan vivos en nuestra memoria. Con el tiempo la festividad se convirtió en una colorida celebración de la vida con flores, velas y ofrecimientos de comida y a diferencia del lúgubre Halloween, el Día de Muertos tiene como objetivo celebrar la vida, la memoria y el amor que nunca muere.

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